Composición

• Oro coloidal:

  • El oro en estado coloidal es absorbido por la piel y contribuye a estimular la micro circulación, aumentando la actividad enzimática, restaurando y reconstruyendo las células deterioradas. induce la incorporación de nutrientes minerales, al tiempo que evita la flacidez cutánea. las monopartículas del oro eliminan los contaminantes biológicos generados por nuestro organismo y encapsulados en pieles cornificadas o depositadas en poros ocluidos, una de las varias causas de piel cansada, prematuramente envejecida y deslucida.

  Bambú:

  • Una fuente privilegiada de SILICIO, mineral fundamental en la síntesis del colágeno. Restablece la hidratación y la flexibilidad. Su molécula compuesta por azúcares biocompatibles (Xilosa) cumple la función hidratante y estimulante de la circulación periférica, revitalizando el ciclo celular.

  Orquídea:

  • Molécula antiedad, conserva la humedad, protectora y reparadora, eficaz contra los radicales libres. Revitalización de las células hormonales, por la presencia de folatos y endorfinas, su acción es rejuvenecedora. Símbolo de Belleza y Longevidad “El Secreto de Eterna Juventud”.

  Ácido Hialurónico:

  • Su gran capacidad de retener agua y mantener el grado justo de hidratación cutánea es esencial en la reparación y renovación celular, mejora la elasticidad y firmeza. Estimula la producción de colágeno y mejora la absorción de las sustancias y/o enzimas que se introducen en la piel.

  Ámbar:

  • Extracto puro. Estimula la producción natural del tensotrophin (polipéptido), que actúa simultáneamente en la epidermis y la dermis redensificando para combatir las arrugas y la pérdida de firmeza. Ámbar significa electricidad. Su efecto es la repolarización de las células.

  Lirio:

  • Extracto puro. Posee virtudes calmantes, reafirmantes, antimanchas, es rico en isoflavonas y poliphenol, antiinflamatorio y regenerante se aplica en cosmética profesional en programas de rejuvenecimiento y lifting. Es la flor de las flores, es el emblema de la creación universal. (Flor de lis).

  Ácido hialurónico:

  • Su gran capacidad de retener agua y mantener el grado justo de hidratación cutánea es esencial en la reparación y renovación celular, mejora la elasticidad y firmeza. estimula la producción de colágeno y mejora la absorción de las sustancias y/o enzimas que se introducen en la piel.

  Bambú:

  • na fuente privilegiada de silicio, mineral fundamental en la síntesis del colágeno. restablece la hidratación y la flexibilidad. su molécula compuesta por azúcares biocompatibles (xilosa) cumple la función hidratante y estimulante de la circulación periférica, revitalizando el ciclo celular.

  Suero Láctico:

  • Estabilizador de la estructura de cadenas de ADN y ARN. Transfiere y libera la energía (ATP, adenosin trifosfato). Trasporta oxigeno a nivel tisular. Interviene en la formación de neurotransmisores y neuromoduladores, repolarizando las neuronas y actuando de relajador muscular.

  Sésamo:

  • Rico en ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, eficaz hidratante, revitalizante y reafirmante, contiene lecitina (isoflavonas) y fitoestrógenos.

  Escualeno vegetal

  • Oxigena, da flexibilidad, reduce el envejecimiento de los tejidos por su aporte en ácidos esenciales omega 3 y 6. Devuelve suavidad a la piel y reduce la perdida de agua manteniéndola humectada. Proporciona defensa a la piel por un componente activo llamado alcooxiglicerol.

  Jojoba (aceite):

  • Está indicado para los problemas de piel tanto por resequedad extrema como desequilibrio del sérum y otorga protección a las fuertes reacciones solares. El aceite de semilla de jojoba no es una grasa sino una cera líquida que tiene una composición total de 96% de ceramidas muy similares a las de nuestra piel y actúa directamente contra el envejecimiento, hidratando, regenerando y aumentando la elasticidad. Contiene vitamina E y ácido linoleico.

  Karité:

  • Actúa recubriendo la piel con una película invisible que evita la deshidratación y la protege de las agresiones externas, ayudando a proteger la piel de las radiaciones UVB y UVA, el viento o los cambios bruscos de temperatura. Sus grandes propiedades suavizantes y regenerantes la confieren ser un componente muy efectivo en tratamientos de antienvejecimiento.