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Susana Vicente Estética
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Estos son algunos motivos que pueden causar acné

¿QUÉ ES EL ACNÉ?

El acné es una afección frecuente de la piel (cutánea) que ocurre cuando los folículos pilosos debajo de esta se obstruyen. La grasa y las células muertas de la piel tapan los poros y puede haber brotes de lesiones (a menudo llamados granos o espinillas). El acné afecta a las zonas con mayor concentración de glándulas sebáceas. La mayoría de las veces, los brotes ocurren en la cara, pero también pueden salir en la espalda, el pecho y los hombros.

Entre un 10 y un 20% de las personas con acné pueden seguir teniendo lesiones cutáneas en la edad adulta, pudiendo tener efectos negativos sobre su imagen corporal y su autoestima.

¿Qué tipo de acné existe?

Como ocurre casi siempre que se intenta dar una clasificación para cualquier patología, no existe un criterio único. Si se toma como punto de referencia el tipo de lesiones, se puede hablar de acné comedoniano, papuloso (o pustuloso), inflamatorio (nódulos o quistes) y cicatricial. También podemos clasificarlo por la gravedad de las lesiones, pueden distinguirse tres tipos de acné:

  • ­ Leve. Existen comedones y sólo algunas pápulas y pústulas.
  • ­ Moderado. El número de lesiones inflamatorias (pápulas y pústulas) es mayor y éstas acabarán dejando como secuelas algunas cicatrices.
  • ­ Grave. La patología acnéica se manifiesta con todo tipo de lesiones, incluyendo además gran cantidad de abscesos nodulares, que acabarán causando importantes y extensas cicatrices permanentes.

Si clasificamos los tipos de acné de forma clínica podemos diferenciar 5 tipos:

  • ­ Acné vulgar o polimorfo. Es aquel en el que aparecen todo tipo de lesiones. Según la gravedad con que se manifiesta pueden distinguirse dentro de él cuatro tipos o grados.
  • ­ Acné superficial. Como su propio nombre indica, predominan en él las lesiones superficiales, de curso rápido y que desaparecen sin secuelas cicatriciales. Pueden ser de grado I (comedones y pápulas) y de grado II (pápulas y pústulas).
  • Acné profundo. Las lesiones pueden ser de grado III (pústulas y nódulos) o de grado IV (nódulos y quistes). Son lesiones más profundas, de evolución mucho más lenta y que al desaparecer dejan cicatrices de una cierta consideración.
  • ­ Acné conglobata. Es una forma severa de acné que cursa con la formación de grandes abscesos supurantes. Es una patología crónica y que deja como consecuencia la formación de cicatrices irregulares importantes.
  • Acné fulminante. Además de las lesiones descritas hasta el momento, esta modalidad cursa con ulceraciones cutáneas muy dolorosas que pueden acompañarse de fiebre y malestar general.

Motivos por los que aparece el acné

  • Cambios hormonales: la testosterona aumenta la secreción de sebo, motivo por el que en la pubertad, antes de la menstruación, durante el embarazo y en la menopausia puede aparecer acné.  Andrógenos, estimula la secreción, mientras que los estrógenos, inhiben la actividad de las glándulas sebáceas.
  • Edad: a medida que se envejece se va reduciendo la piel grasa, motivo por lo que una piel madura suele ser más seca y no suele presentar cuadros de acné.
  • Genética: la revisión sistemática y metanálisis sugieren que los genes que influyen en las respuestas inflamatorias, específicamente TNF, y los genes que influyen en la función y actividad de las glándulas sebáceas, tienen variantes de riesgo potencial para la presentación y gravedad del acné en todas las poblaciones. Comprender los factores de susceptibilidad genética y las vías biológicas involucradas en la patogenia del acné nos ayudará a comprender mejor el desarrollo de tratamientos efectivos para el acné.
  • Cosméticos y cuidados inadecuados: el empleo de jabones abrasivos y exfoliación excesiva puede estimular la producción de sebo con efecto rebote, y convertir una piel normal o mixta en una piel grasa. Es muy importante utilizar los productos adecuados según el tipo de piel.
  • Cambios estacionales: es muy frecuente que durante el invierno la actividad de las glándulas sebáceas y la producción de grasa disminuya, mientras que los ambientes húmedos y cálidos los estimulan. Es necesario cambiar las rutinas de cuidado con los cambios estacionales y ambientales.
  • Sol y protectores solares con factor solar químico, de tamaño de nanopartícula, taponan los poros y junto al aumento de sudoración que se produce en verano, generan el medio de cultivo perfecto para la infección bacteriana y el empeoramiento del acné. Además, el sol produce deshidratación, causando que las glándulas sebáceas secreten más sebo para compensar la sequedad y también las células epidérmicas se descaman, acumulándose y tapando los poros. Estos brotes se conocen como acné solar. El sol también puede aumentar la visibilidad de las marquitas del acné al favorecer la hiperpigmentación o síntesis de melanina.
  • Dieta: Históricamente, la relación entre la dieta y el acné ha sido muy controvertida. Alimentos, como azúcares e hidratos de carbono refinados con alto índice glucémico, grasas y productos lácteos se han asociado al aumento de secreción sebácea. Poro no existen estudios científicos que avalen esta creencia.
  • Tratamientos farmacológicos: ciertos tratamientos farmacológicos pueden afecta a la actividad de las glándulas sebáceas y, por tanto, a la piel grasa. Entre ellos destacan terapias hormonales, contraceptivas y esteroides anabolizantes. Algunos tratamientos resecan la piel y la producción de sebo se produce como mecanismo compensatorio.
  • Limpia la piel en profundidad: El uso de productos desmaquillantes específicos para la zona será de gran ayuda. Puedes probar a utilizar desmaquillantes suaves como las aguas micelares, que ayudarán a eliminar la suciedad sin dañar la dermis.
  • Utiliza contorno de ojos: aplicar un contorno de ojos eficaz en indispensable para mantener la zona humectada y evitar así flacidez y líneas de expresión. El contorno hay que aplicarlo haciendo pequeños toques circulares y utilizando poca cantidad, y siempre ejerciendo poca presión, recuerda que la piel de esta zona es muy fina y delicada.

¿Puede prevenirse el acné?

El acné puede reducirse si se cumplen los siguientes consejos:

  • Evitar los cosméticos a base de aceites, porque aumentan el contenido graso de la piel y empeoran el acné.
  • Evitar lavarse la cara más de dos veces al día. La cara se debe lavar con agua tibia y jabón neutro de forma suave, sin restregar la piel.
  • Utilizar una crema hidratante, a ser posible las etiquetadas como “no comedogénicas”.
  • Mantener el pelo limpio, sobre todo si el pelo es muy graso, y retirado de la cara. No se deben utilizar aceites para el pelo.